Fuente de Cibeles en Madrid

Fuente de Cibeles

La diosa Cibeles, aparece en muchas ocasiones caprichosa y de férrea disciplina. No perdona a los amantes que profanaron su templo, ellos no lo sabían, pues era una cueva, los jóvenes enamorados obtuvieron su perdón ni siquiera comunicando a la diosa, su ignorancia del lugar…
Los castiga de varias formas; primero los encadena, segundo los trasforma en dos leones, tercero arrastran de por vida su carro, cuarto y para colmo, están obligados a no mirarse al rostro nunca jamás. ¿Vaya venganza por copular inocentemente en su cueva, verdad? ¿Pensamos que los sabios griegos nos querían contar algo más…?
Si tomamos la teoría científica del “gen egoísta”; donde prima el gen sobre el individuo y cambiamos a Cibeles por este gen, nos da una peculiar visión… No olvidemos sus poderes desde el neolítico, es la diosa de la Tierra, la agricultura y la fecundidad. Además en su mano sostiene una “llave”, será la llave de la vida que tanto gustaba a los egipcios, o de la riqueza del mundo. Es todo un “aviso a navegantes”.
Pero que más nos propone esta leyenda clásica, y porque ocupa un lugar tan peculiar en Madrid. Napoleón en su invasión de España del XIX, tenía planes urbanísticos masónicos para ella. En la guerra civil se protegió como pocos monumentos. Es también la guardiana del oro del Banco de España, desde sus leones recorre unas canalizaciones, que en caso de alarma de robo, inundaría las cámaras donde se alberga el preciado metal.
Pero también es conocedora de ritos iniciáticos antiguos, es la madre que inicio a Dionisos en los cultos herméticos. Los romanos fueron en misión especial con una fuerza de combate de cinco naves (una expedición potente para la época), a buscarla ex proceso la imagen milagrosa de Cibeles, en su templo original en Anatolia – Turquía – para llevársela a su templo de la Victoria en las colinas de Roma. (Suena a una historia parecida de la segunda guerra mundial)
¿Y porque fueron los romanos a buscar esa escultura que representaba la diosa Cibeles? Pues porque se lo mandaron en una profecía sus “libros sibilinos”…Aquí la historia se pone más interesante; tres libros que existen desde casi la fundación de Roma, que contenía todas las profecías del mundo romano. Originalmente eran nueve, quedaron solo tres, y uno de los imperios más importantes del mundo, se forjo aconsejado por esos libros proféticos y los diez sacerdotes que los leían e interpretaban en situaciones excepcionales… ¿a qué cambia mucho la historia de Roma así contada?
Tal vez tengamos aquí una pista de la vendedora de los libros, una gran alquímica, maga o sibila, pues se lo puso difícil al rey romano Lucio el Soberbio. En fin, ¿qué hubiera pasado si en vez de seis, hubieran tenido los nueve?…pero eso es otra historia, tal vez de un mundo paralelo al nuestro.
Volvamos a la imagen de la diosa Cibeles que se llevaron para Roma, ¿sabemos de qué estaba hecha? Pues sí, un meteorito. ¿Casualidad? Y si viene de la misma ciudad de donde tenía su trono el famoso rey Midas…. ¿ya es mucha no?
En resumen, tenemos la diosa Cibeles que protege de las enfermedades y da la victoria a sus seguidores, que tiene la llave de todas las riquezas del mundo, y que además conoce bien los ritos herméticos. Además se venera una imagen, meteorito perdido, que ayudo al rey Midas en su conocimiento. Vuelve aparecer el mito de la “piedra filosofal”. Volvemos a los inicios de la Alquimia.
Ahora, querido lector, cuando pases por delante de Cibeles, ya no la volverás a mirar igual que un profano. Tal vez la diosa, te entregué un día su llave…o te inicie en sus secretos herméticos.
Buen camino, aprendiz.